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Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 01 / CHICA DE MILÁN 01

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 02 / CHICA DE MILÁN 02

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 03 / CHICA DE MILÁN 03

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 04 / CHICA DE MILÁN 04

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 05 / CHICA DE MILÁN 05

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

Arte Diseño Arquitectura Lienzos Venta Baratos Cuadros Imagen SZ Silvia Imágenes Art Design

MILAN GIRL 06 / CHICA DE MILÁN 06

Técnica digital / Digital technique

60 x 45 cm. 2014

969

 

 

Hecho indiscutible al proceso de diseño automatizado, haciendo un análisis de formas para abordar un modelo prototípico y extraordinario.

Primera fase de pensamiento, previa al sometimiento del cuerpo idealizado. Exploración gráfica de las formas 969, empujan al maquiavélico doctor mecánico, para expresar algo a través de cuerpos clonados. Cuerpos vacíos, mentes inquietas, encerradas, calladas, sometidas a los de arriba; todo, para llegar a ser invisibles, una mera percha portando una pieza de tela. Una mirada que se ve a sí misma, ve con los ojos de otro y no con los propios. 

La segunda fase, producción, operación y proceso, la riqueza de unas piezas definidas donde el operar se convierte en multiplicidad de divisiones, donde cada descanso se convierte en un nuevo concepto y realidad para dar más trabajo, abrumador, incansable, productivo.

Una tercera fase de comunicación, donde entran en juego las muñecas con sus disfraces y se empieza a transmitir lo ideado, lo producido y lo tratado. La manera más rica de mostrar la belleza de sus creaciones; la transmisión, al fin, del mensaje.

Clones y más clones de muñecas de plástico, marchando al paso de soldados pacíficos, sin armas, ni pánico. Un dispositivo comunicable y transmisible, fácil de hacer y maleable. Seres iguales y gatas miserables que buscan destacar entre cloacas, vestidas con flores primaverales.

Y allí, en el taller donde todo fue creado, no queda nada ni nadie, todo está vacío y es el polvo del silencio, el que ahora, queda abandonado. 

Gran día plasmado en una videografía, laboratorio de ideas donde se preparan las mejores mezclas. Mezclas aparentemente verdaderas pero ciertamente falsas. Imagen de esta ciudad donde reina la apariencia y nada se muestra tal como es y todo es tal como se supone que debe ser, manejados por este falso mundo mediático. La construcción de un mundo paralelo con un nodo común donde los sentimientos se instauran a flor de piel pero tras una dulce sonrisa. Capas y capas de pintura manchada con perfume de amargura, donde las señoras cubren sus arrugas.

Capas y capas de falsedades, donde nada es lo que parece y todo es lo que acontece. Donde se leen formas en múltiples sentidos pero con una única dirección. La dirección del vicio, la lujuria y el frenesí. Porque en la imagen de esta ciudad ilustrada, adornada con sus mejores galas, se entremezclan objetos vivos y seres inanimados. Una película donde el carrete pasa y pasa sin detenerse, una infinidad de fotogramas rotos, rasgados, arañados por la ambición y el deseo. Continuidad de una vida con fecha de caducidad, cada año arrebatada por nuevas caras, nuevos moldes, tersas pieles siempre bajo el símbolo del 969.

Rasgo de absurdas colecciones sintomáticas, donde tan solo se busca la protección de lo propio, un ensimismamiento rebosante, que alberga grandes descubrimientos, rarezas, piezas únicas, presuntas huellas de una experiencia auténtica. Donde ese fin, muestrario de piezas desplegadas, escenario de lo infinitamente minúsculo, como ese poro de la pálida tez sonrosada de la autómata congelada y a lo infinitamente inasible, con el que el yo cuantifica su manipulación llena de deseo para desplegar los enigmas del tiempo.

Ese espacio anterior a un mundo asiduo, muestra con claridad feroz su ciclópea tarea, todo por un afán inservible, por una fortuna inalcanzable y una colección siempre incompleta, donde el más sabio siempre se queda con la parte faltante, esa que dispara la imaginación y relanza la inspiración. Porque no hay placer más intenso que aquel que se esconde. Y es esa pasión, la que muestra su verdadero rostro, camuflado por la siempre presente sonrisa de papel dibujado.

Pero un sueño es un sueño, acción temporal de sentimiento permanente. Y el sabio mira a la muñeca, con la adusta mirada del guerrero inhumana, ardiente, empañada y maníaca. Tan sabio como viejo, él no trata de esconder las arrugas, que en su caso están tapadas con dinero.

Muñeca nómada de alambre, tú, que flotas al caminar y diosa eres por un instante. Alabada tú, ninfa de la línea imaginaria que pisas y con cada huella, dejas ese rastro de desdén y altanería que recoge con su olfato la siguiente pieza de este escenario.

Apenas entra en la vida la niña inocente, cazadora es; una cazadora de sueños que los baja a la tierra y los exprime con sus delicadas manos, para extraer el jugo que beberá y que la transformará en una fiel autómata manejable. Y entonces, la muñeca de alambre pensará si debió beber o no ese jugo tan afrodisíaco, que la hizo subir a lo más alto, pero que le secó el corazón, ahora congelado.

Dulce muñequita de alambre, pobre niña de corazón, rica niña de ambición. Tú que un día todo soñaste y de tanto soñar lo alcanzaste y al alcanzarlo lo mataste y te quedaste sin latido. Dulce mujer arrepentida, que quiere que le devuelvan su corazón, pero su corazón muerto está. Ahora todo lo que posee, es una colección de recuerdos, vieja muñeca de trapo, que desde que cambió su corazón por un sueño, no tiene sentimientos para disfrutarlo. Huésped errante y ahora insegura, sus años de nómada son ahora segundos de ceniza. Ceniza volátil que fluye con el viento, allá donde un día el sabio le puso freno. Vasta gama de grises esfumados, fina arena punteada se desploma en cápsulas embotelladas que el sabio conserva en su museo, justo al lado de los corazones embalsamados de aquellas niñas transformadas ahora en pena carbonizada.

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